Antiguo Colegio de Huérfanos Ferroviarios

Periodo

1926–1950

Relación con la carretera

Visible desde la carretera

Estado actual

Rehabilitado

Estado de conservación

Bueno

Protección

• BIC monumento (inscrito BOE 06/11/1990)
• Protección Arquitectónica (PGOU Torremolinos, 1996)

Accesibilidad

• Dificultad de acceso: Bajo
• Visita: Según horario
• Accesible

Descripciones

• 1
• 2
• 3

• El clima privilegiado de su costa, con las temperaturas más suaves de todo el Mediterráneo andaluz se convierten en la base argumental de propuestas higienistas y docentes como el Colegio de Huérfanos Ferroviarios en Torremolinos, edificio construido para albergar un colegio para la educación, formación y alojamiento de los huérfanos de Ferroviarios Españoles desde 1935 hasta 1973. Citado ya en los ochenta y noventa e incluido en el Catálogo de Docomomo Andaluz, su reciente rehabilitación como Centro Cultural y su posible inclusión en el catálogo internacional de la organización han desembocado en un estudio más detenido por parte de Mar Loren-Méndez de los valores del inmueble así como su grado de integridad tras las obras de rehabilitación, ofreciéndose aquí parte de las resultados del estudio de la documentación original de dicha rehabilitación, incluidos en la ficha elaborada para Docomomo Internacional en Enero de 2008.

  Se trata de un edificio aislado de escala imponente en una parcela de 23000 metros cuadrados con un total de 7000 metros cuadrados construidos. Su situación privilegiada en la zona más alta de Torremolinos y en su borde Este se desvincula de la ciudad, y realiza una arquitectura autónoma en relación con el horizonte costero. Dentro de los criterios higienistas fomentados en el discurso del Movimiento Moderno y vinculados especialmente al uso docente, el edificio, obra de Francisco Alonso Martos realizada entre 1933 y 1935 se aleja de las construcciones compactas y evita conscientemente las tipologías claustrales tan utilizadas en los colegios urbanos. El proyecto se fragmenta en crujías claramente perceptibles en su volumetría, buscando el ancho óptimo y separación entre las mismas para conseguir una ventilación cruzada. La composición responde a las tendencias academicistas vigentes aún en los años treinta del siglo XX partiendo de una planta totalmente simétrica y de una rotunda axialidad. El eje queda marcado por la sucesión volumétrica del acceso principal, localizado en el centro de la fachada principal, el cuerpo perpendicular, la ubicación de las escaleras principales y por último el volumen curvo que caracteriza la fachada hacia el mar.

  Declarado Bien de Interés Cultural en 1990, se convoca un concurso en 1996 para su rehabilitación como Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, respetando su carácter docente en su base programática, adjudicado a los arquitectos Luis Feduchi, Arturo López-Bachiller y Pedro Morales Falmouth, terminándose la obra en 2001. Aunque se han introducido cambios tanto en el interior como en el exterior, el proyecto de rehabilitación ha respetando los elementos sustantivos del edificio original.

  Fuente: LOREN-MÉNDEZ, Mar, "La Modernidad española como relato de las periferias. Laboratorio arquitectónico y visiones urbanas en el alejado sur ibéro," Apuntes. Revista de Estudios sobre patrimonio cultural. Journal of Cultural Heritage Studies, vol 21, num. 2

• El Colegio de Huérfanos de Ferroviarios fue construido en 1935 siguiendo los planos del arquitecto Francisco Alonso Martos. Por aquellas fechas, Torremolinos no era más que una "promesa" de muy remoto cumplimiento, pero la costa representaba ya su papel mítico como paraíso del sol y del mar; no debe extrañarnos la elección de este lugar para levantar una institutción educativa "progresista". El edificio, con paredes lisas y encaladas, con amplios ventanales, refleja la adhesión del Movimiento Moderno a la higiene y al aire libre. He aquí, pues, una construcción muy representativa de ese optimismo, volcado hacia el futuro, típico del periodo republicano. Las formas elegidas por Francisco Alonso tienen alguna concesión a la supuesta tradición andaluza, como vemos en las galerías con arcos de la fachada principal. Este corredor, por cierto, se construyó inicialmente abierto, sin cierres de ninguna clase, una prueba más de que las fantasías subtropicales con el lugar hicieron olvidar al arquitecto que, aunque suave, también en la costa hay invierno.

  Pero los motivos "típicos" son mínimos en comparación con la iconografía del mundo moderno: la puerta de entrada y los grandes vanos externos del cuerpo posterior, son estupendos ejercicios art deco; en el salón de actos, en las amplias terrazas y en la gran escalera, predominan las líneas paralelas con elementos metálicos evocando, como en tantos edificios de los años treinta, al diseño de los transatlánticos, dirigibles, aeroplanos, etc. Esta alusión es más evidente si observamos la planta general del colegio: el frente delantero es un amplio rectángulo paralelo a la carretera, al cual se adosa, transversalmente, un cuerpo central donde está el salón de actos; otro cuerpo menor (ala), paralelo al de fachada, tiene una especia de ábside curvo al final con el que acaba longitudinalmente la construcción. Se trata, como puede apreciarse, de un avión emblemático, con el ala grande delantera y la pequeña junto a la cola. La alusión aerodinámica, necesaria, al parecer, para una eficiente modernidad, se hacía literal. Este Colegio de Huérfanos, situado en el centro de un amplio jardín con elevada vista sobre el mar, es como un paraíso cerrado, un vehículo eficiente para habitar en ese cielo azul donde, según parece, se encuentra la felicidad. Pero este prodigioso edificio-avión se halla hoy abandonado y "en venta". Ojalá no se produzcan el aterrizaje forzoso ni el desguace final.

  Fuente: Ramirez, Juan Antonio; Santos, Diego; Canal, Carlos. El estilo del relax N-340. Málaga, h. 1953-1965. Málaga: C.O.A. Andalucía Oriental, 1987, p. 25-26.

• Fue construido por la Institución de Colegios de Niños Huérfanos de Ferroviarios en las afueras de Torremolinos, en un entorno cercano a la playa. Se trata de un edificio exento situado en una amplia y despejada parcela, manifestación del interés del gobierno de la República por aplicar los criterios higienistas propagados por la modernidad europea a la arquitectura escolar, primando especialmente el contacto con la naturaleza. El discurso de la planta es claramente académico, y se articula en base a dos piezas rectangulares paralelas y enlazadas mediante dos galerías centrales que encierran entre ellas un patio interior. Se establece una clara división funcional por plantas: en la baja, el rectángulo mayor es destinado a aulas y el menor a salón de actos; las plantas superiores, en cambio, se utilizan como dormitorios, distribuidos en cuatro cuerpos diferentes. La marcada simetría compositiva de la planta se traduce a la fachada, que refleja la isotropía distributiva de aquélla; tan sólo dos episodios arquitectónicos, encargados de señalar el eje central de la composición, alteram dicha regularidad: el cuerpo rehundido de la entrada y el volumen convexo del salón de actos. A pesar de su rígido academicismo, es innegable el carácter racionalista que, contextualizado en su época, determina la imagen general del edificio: cubiertas planas, volúmenes definidos, ausencia de ornamentación, superficies lisas, frandes cristaleras.

  Fuente: García Vázquez, Carlos. En Dirección General de Arquitectura y Vivienda (coord.). Momo Andalucía: arquitectura del movimiento moderno en Andalucía 1925-1965. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1999, p. 56-59.