Torre Molinos

Periodo

Anterior a la carretera

Relación con la carretera

Se encuentra en el corredor

Estado actual

Rehabilitado

Estado de conservación

Bueno

Protección

• BIC monumento (inscrito BOE 29/06/1985).
• Protección Integral (PGOU Torremolinos, 1996).

Accesibilidad

• Dificultad de acceso: Bajo
• Visita: Continua

Descripciones

• 1
• 2
• 3

• De edificación reducida se asemeja en su posición defensiva a las de otras fortalezas musulmanas del litoral, como Fuengirola, Salobreña o Almuñecar.

  Su forma es casi un prisma rectangular, pues las dimensiones en su base 7.20 mx6.10 m tienen poca variación con las del pretil de la azotea 6.63 mx5.05 m.

  La torre viene posee aproximadamente unos doce metros de altura, su cuerpo inferior, de la mitad de su altura total, es completamente macizo. Su eje mayor se orienta de norte a sur, estando su entrada primitiva formada por un hueco, cobijado por un dintel curvo de ladrillo, que se abre en el centro de su muro oriental. Este hueco permitía ingresar a una planta de 3.18 m de alto y 5 mx 4.1 m de planta que se halla dividida en dos estancias desiguales separadas por un arco de 1.88 m de luz. La sala menor de 2.79x1.22 tiene una gran ventana que permite vigilar el mar. De la habitación mayor arranca una escalera de 70 cms cubierta parcialmente por bóveda de cañón, en la cual un tramo y dos recodos, con pañoleta, salvan la altura de la terraza.

  En la segunda planta encontramos una división en tres espacios en el sentido transversal, el central, de 95 cms, es continuación e una meseta de la escalera y sirve de ingreso a dos salas, estrechas y alargadas, aposento y lugar de observación de los vigías. A 2.63 m desde la solería se cubren estos espacios con bóveda de espejo y de cañón, con arcos fajones. Por último, la azotea de 5.63 mx4.55 m, tiene pretiles de 93 cms de altura y 50 de espesor, habiéndose suprimido los matacanes. El desembarco de la escalera se abre en el ángulo suroeste.

  Datos Históricos

  La leve escarpa lateral de 28 cm permiten fecharla sobre el siglo XIV, antes de que se generalicen las armas de fuego, que se pretendían contrarrestar con la inclinación de los muros de la fortaleza. También reafirma esta fecha su fábrica, totalmente de tapiales o adobe de tierra, como Gibralfaro. Para un estudio de la evolución del tipo es interesante la comparación con las torres de dimensiones similares de Pimentel y de Guadalmansa.

  También conocida con el nombre de Torre de Pimentel. Se trata de una atalaya situada en la punta de una escarpada de la villa, construida sobre la roca viva, cuyo fin era el de proteger todo el complejo industrial y agrícola de Torremolinos. En 1497 se sabe de su existencia por las ordenanzas en que se designa una guarnición a este puesto, en este documento aparece con el nombre de Torre de los Molinos, pero en un memorial de 1491 se la cita ya como Torre de Pimentel, personaje citado en los libros de repartimiento de Málaga, y seguramente se tratara de Juan Pimentel, Maestre de la Orden de Alcántara, o de Rodrigo de Pimentel, conde de Benavente.

  Fuente: Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía (BDI)

• 83. Torre Molinos.

  También se denomina Torre de Pimentel.

  Aún no había concluido la toma de Granada cuando en 1490 cuando Fernando de Nuncibay, encargado por los Reyes Católicos de colocar las guardas de Málaga, estableció un peón en la Torre de los Molinos, proponiendo el cabildo malagueño añadir otro para que fueran dos.

  Según Temboury en un memorial de finales de 1491 se hace referencia a los molinos de la Torre de Pimentel, que es el nombre con el que se conoce actualmente.

  En la Instrucción de 1497 figura con una dotación de tres hombres.

  También figura con una dotación de tres hombres en la Provisión de 1501.

  En la visita que realizaron en 1571 Antonio de Berrio y Luis Machuca hallaron dos guardas en esta instalación, que necesitaba una puerta, por estar quebrada la que tenía, presupuestándola en 750 maravedís.

  En la visita realizada por Bartolomé Amphoux en 1726 señaló que Torre Molinos necesitaba recalzarle una porción, un suelo de hormigón, una escalera y una puerta de madera, presupuestando dichos reparos en 300 reales de vellón.

  En 1739 el Marqués de Valdecañas relaciona esta torre vigilante de la playa inmediata, junto a la Batería construida en su proximidad.

  En el informe sin firma de 1759 figura Torre Molinos, en cuyas inmediaciones habían desembarcado los ingleses para aguar, sin referencia a su estado; también señala la proximidad de la Batería inmediata al Molino de Zambrana.

  En la relación de 1762 Antonio María Bucarelli anotó que se hallaba en servicio.

  En el estado de las torres realizado en Málaga el 15-11-1763 por Juan de Urbina la Torre de Torre Molinos tenía dos torreros y 6 fanegas de tierra de regadío.

  En el Reglamento de 1764 figura la Torre de Torre de Molinos, en el partido de Málaga, con un cabo y dos torreros de dotación.

  El Plan General de Obras redactado en 1767 por José Crame señaló que la Atalaya de Torremolinos necesitaba repellos, enlucidos y otros reparos que fueron presupuestados en 200 reales de vellón.

  En el informe redactado por Ramón de Nabas el 26-12-1773 se indicó que la Atalaya de Torre Molinos necesitaba 500 reales de vellón para unos leves reparos.

  En la relación redactada en Málaga el 18-8-1774 Francisco Gozar anotó que la Atalaya de Torremolinos quedaría en servicio a finales del año en curso.

  En el informe realizado en Málaga el 12-12-1781 por el mismo Gozar señaló que la Atalaya de Torremolinos se hallaba en buen uso.

  En el informe redactado en 1783 por Joaquín de Villanova reiteró que la Atalaya de Torremolinos no necesitaba reparo alguno.

  En 1803 Felipe de Paz la describe como una torre cuadrada de obra antigua, situada a 660 varas del Castillo, que sólo podía emplearse para señales.

  En el informe fechado en Granada el 31-1-1821 por Juan Pérez señaló que la Torre Atalaya de Torre Molinos se hallaba en buen estado.

  En informe de 1830 Mauricio Rodríguez de Berlanga señaló que la Torre de Torre Molinos situada en Cabo Molino, así llamdo por hallarse en dicho paraje el Molino del Pimentel, de figura circular (sic), era de las más elevadas de la costa y su guarnición era de un cabo y dos torreros; en su inmediación quedaban los vestigios de una batería de cinco cañones que se abandonó cuando se construyó el castillo del mismo título.

  En el informe de 1849 Miguel de Santillana indicó que la Torre de Torremolinos, a 300 pies del mar, tenía figura circular y se hallaba deteriorada; sus torreros disfrutaban de 9 fanegas de tierra e inmediata a la Torre se había formado la población de Torremolinos.

  En la memoria de 1857 José Herrera García señaló que la Torre vigía de Torremolinos era de forma prismática, con 9 1/2 x 8 1/2 varas en su base, y se hallaba en mediano estado; en el proyecto de estaciones telegráficas de dicho año el citado militar la desechó por innecesaria.

  En los derroteros de 1906 y 1945 se anota la existencia del Molino del Peligro en la playa con el Torreón.

  Temboury la describe como un prisma rectangular de 7,20 x 6,10 metros en su base y 6,63 x 5,05 en la azotea, con unos 12 metros de altura, la supone del siglo XIV.

  En el derrotero de 1991, a pesar de continuar existiendo entre la presión inmobiliaria que la ahoga, la Torre de Torremolinos no figura, probablemente por haber dejado de ser referencia entre tantos edificios gigantescos que guíe a los navegantes en sus periplos.

  Fuente: Gil Albarracín, Antonio. Documentos sobre la defensa de la costa del Reino de Granada (1497-1857). Almería: Grilselda Bonet Girabet, 2004, p. 509-511.

• Todo el complejo industrial y agrícola de Torremolinos estaba protegido por una atalaya anclada en la punta escarpada de la villa.

  En las Ordenanzas de 1497 se le destinaba una guarnición de tres hombres, con salario de 25 maravedíes; uno de ellos permanecía vigilante y los otros habían de pernoctar en Torre Bermeja y a la desembocadura del Guadalhorce.

  El documento la denominaba Torre de los Molinos, pero en un memorial de 1491 ya se la cita con su nombre actual, al referirse a «los molinos de la Torre de Pimentel». Los libros de Repartimientos de Málaga alguna vez nos aclaran quién era este Pimentel, de tan lejano abolengo. Hoy por hoy, pensando en los hidalgos que en 1487 tomaron parte en la conquista de Málaga, cabe pensar que se tratara de algún deudo de Juan Pimentel, Maestre de la Orden de Alcántara, o de Rodrigo Pimentel, conde de Benavente.

  Fue un acierto de estrategia el emplazamiento de esta atalaya, encaramada en una escarpa elevada sobre el mar y construida aprovechando la roca viva; aunque su edificación sea reducida su situación se asemeja a la de otras fortalezas musulmanas del litoral, como Fuengirola, Salobreña o Almuñecar.

  Su forma es casi un prisma rectangular, pues las dimensiones en su base (7,20 x 6,10) tienen poca variación con la del pretil de la azotea (6,63 x 5,05). Esta leve escarpa lateral de 28 cm. me hacen fecharla en el siglo XIV, antes de que se generalicen las armas de fuego, que se pretendía contrarrestar con la inclinación de los muros de la fortaleza.

  También reafirma esta fecha del siglo XIV su fábrica, totalmente de tapiales o de adobe de tierra, como Gibralfaro. El jalón siguiente para estudio de la evolución del tipo, es interesante la comparación de las torres de dimensiones similares de Pimentel y del Guadalmansa; esta última, ya construida en el siglo XV, tiene lateralmente un desplome de 70 cm., se le han suprimido los huecos y su fábrica es de mampostería, con esquinales angulares trabados y ya de influjo cristiano.

  La Torre de los Molinos viene a tener unos doce metros de altura; su cuerpo inferior, mitad de su altura, es completamente macizo. Su eje mayor se orienta de norte a sur; en el centro del muro oriental estuvo el primitivo hueco de ingreso, cobijado por dintel curvo de ladrillo.

  Por este hueco se ingresaba a una planta de 3,18 de alto y planta de 5 x 4,10m; está dividida en dos estancias desiguales, separadas por un arco de 1,88 m. de luz. La sala menor ( 2,79 x 1,22) tiene una gran ventana vigilante al mar. De la habitación mayor arranca una escalera de 70 cm. de ancho, cubierta en tramos de bóveda de cañón, en la cual un tramo y dos recodos, con pañoleta salvan la altura de la terraza.

  La planta segunda se divide transversalmente en tres espacios; el central, de 95 cm, es continuación de una meseta de la escalera y sirve de ingreso a dos salas, estrechas y alargadas, aposento y lugar de observación de los vigías. A 2,63 m. desde la solería, se cubren estos espacios con bóveda de espejo y de cañón, con arcos fajones. Por último, la azotea mide 5,63 x 4,55, tiene pretiles de 93 cm y 50 de espesor y se han suprimido los matacanes. En el ángulo S.O. queda el desembarco de la escalera.

  Fuente: Temboury Álvarez, Juan. Torres Almenaras (Costa occidental). Málaga: Diputación Provincial de Málaga, Instituto de Cultura, 1975.