Urbanización Playamar

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Ítem número 2 de 20 en Torremolinos


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El Conjunto Playamar marca, desde la primera parte de los años sesenta el paisaje litoral de Torremolinos, implantándose a nivel de la playa, desvinculándose así del entorno inmediato de la N-340, enclavada en la plataforma elevada del escarpe. Sus veintiuna torres de geometría contundente cambian definitivamente la escala urbana de Torremolinos, transfiriendo a la arquitectura turística los dictados de la urbanismo moderno corbuseriano, concentrando la edificabilidad y liberando el plano del suelo para jardines y equipamientos colectivos. Sus balcones miran al mar y al sol, siendo visibles a su vez desde la costa, teniendo como telón de fondo ineludible la Sierra de Mijas Torremolinos, con la que pareciera que compite. Tras más de cincuenta años este conjunto se presenta como un ejemplo de experimentación tipológica, ordenación urbana y sobre todo compromiso obligado con el espacio para la colectividad.

También denominado Conjunto Playamar

Periodo
1951–1975
Relación con la carretera
Visible desde la carretera
Estado actual
Modificado
Estado de conservación
Bueno
Accesibilidad
  • Dificultad de acceso: Bajo
  • Visita: Privado
  • Accesible

Descripciones

  • Este potente conjunto de viviendas, fruto de un concurso, se sitúa en la zona más oriental de Torremolinos y junto al mar. Se levantaron en dos fases veintiuna torres de quince plantas cada una, en total 945 apartamentos, con una concentración de la edificabilidad encaminada a liberar el espacio ajardinado que recuerda a los rascacielos de las propuestas utópicas de Le Corbusier con elementos verticales en el paisaje, encaminado a la liberación del plano del suelo.

    Los espacios libres comunitarios complementan los jardines y la vegetación con una variada oferta de instalaciones deportivas y de ocio. Concebido como una auténtica ciudad vacacional, ha pasado de ser una agrupación de segunda e incluso de primera residencia, colonizada en algunas torres por centroeuropeos. Constituye en la actualidad una comunidad residencial permanente con curiosas y muy dinámicas transformaciones sociales de su población.

    Con tan sólo tres tipos de vivienda se desarrolla todo un ejercicio geométrico y tipológico encaminado a resolver las mejores vistas con la orientación adecuada de soleamiento y ventilación en todas las viviendas. La disposición de las torres garantiza que cada una goce de esas vistas y acondicionamiento pasivo sin excluir a las demás. Resalta la dotación de instalaciones comunitarias de cada torre y del conjunto, como preocupación técnica constante en las actuaciones de Lamela. La planta baja se libera de cualquier uso y mantiene la permeabilidad y continuidad a base de jardines, apantallando las pilastras de hormigón con un cierto aire orgánico en su transición a los forjados.

    El aspecto de las fachadas refleja con total claridad el maclado de los paralelepípedos y, mediante las bandas horizontales de las amplias terrazas, formaliza la secuencia de tres apartamentos por planta de la fachada delantera, que alberga las estancias servidas en contraste con las fachadas traseras que contienen los espacios servidores. Esto caracteriza las distintas visuales frontales o traseras que se tienen de las torres desde la avenida principal, el paseo marítimo o desde el interior.

    El intenso debate y polémica que suscitó en su momento sigue vigente y se sigue produciendo un fuerte rechazo popular, a pesar de que la propuesta aporta las mejores virtudes modernas de liberación de suelo para permitir el aprovechamiento y tratamiento público del mismo. Curiosamente, y a pesar de las críticas de aglomeración edificatoria, en la lectura urbana se observa que se trata del mayor esponjamiento de suelo en el núcleo de Torremolinos y se comprueba que admite transformaciones de adaptación a demandas actuales, con cambios de uso en los apartamentos y en los espacios libres, por lo que, aún teniendo una fuerte presencia en el paisaje, su estructuración dota al conjunto de enorme flexibilidad. Supone un brillante ejemplo de la modernidad bien entendida y de puesta en relación de la arquitectura dedicada al turismo con las cuestiones medioambientales y paisajísticas. Así lo certifican la concesión de la "Placa de Oro al Mérito Turístico" (1.969) y el reconocimiento como "Mejor Jardín de la Costa del Sol" en diferentes años.

    Fuente: De Lacour Jiménez, Rafael, "Conjunto Playamar, Torremolinos, Málaga", Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea, Archivo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Base de datos Patrimonio Inmueble de Andalucía, 2007.

  • Sobre una parcela de 54.000 m2 de superficie, con una ligera pendiente hacia el mar, se alza esta ambiciosa actuación, que consta de veintiún edificios de quince plantas cada uno.

    Una gran avenida perpendicular al mar conecta entre sí y con las amplias zonas comunes los distintos bloques de apartamentos, al tiempo que otra vía perimétrica da acceso a la zona de aparacmientos en superficie de cada uno de ellos. Curiosamente, la entrada a la actuación se realiza por la parte opuesta a la playa, ya que entonces todavía no se había construido el paseo Marítimo.

    El proyecto ha respetado al máximo la premisa de que cada apartamento gozara de buenas vistas al mar y unas condiciones óptimas de ventilación y soleamiento. Los bloques, elegantes y esbeltos, son realzados por las blancas franjas horizontales de las terrazas que atemperan la gran altura de aquéllos. Cada planta, resuelta como tres paralelepípedos de planta cuadrada maclados entre sí, alberga tres apartamentos, cada uno de ellos dotado de estar-comedor, baño, cocina y dos dormitorios, así como una gran terraza concebida como zona de estancia al exterior ("superficies amplias para poder tomar el sol y hacer vida en ellas").

    Los edificios, con estructura de pórticos planos de hormigón armado, se conectan al terreno mediante pantallas vistas, también de hormigón armado. La planta baja queda diáfana, ocupada únicamente por los núcleos de acceso, lo que facilita la permeabilidad del conjunto a nivel del jardín, elemento que se cuidó especialmente. El conjunto se completa con piscina, campos de tenis, club, restaurante y un pequeño centro comercial. A pesar de haber obtenido la PLaca de Oro al Mérito Turístico en 1969, el conjunto fue muy polémico en su época debido a su gran altura. En la actualidad es un hito imprescindible en la comprensión del fenómeno turístico en nuestras costas.

    Fuente: VV.AA. La Arquitectura del sol_Sunland architecture. Barcelona: Colegios Oficiales de Arquitectos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Canarias, 2002, p. 268.

Catalogación

Tipologías

Tipología Torres
Actividad Residencial
Cronología 1963

Agentes

Nombre Lamela Martínez, Antonio
Figura Arquitecto
Actuación Proyecto
Año 1963

Información documental

  • De Lacour Jiménez, Rafael, "Conjunto Playamar, Málaga," Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea, Archivo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. 2007.
  • Catálogo Patrimonio Arquitectónico, Revisión PGOU Torremolinos, aprobación provisional 2010.

Información bibliográfica

Datos geográficos

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ETRS 89 UTM Zona 30N 366620.92219, 4054907.63941
SRC WGS 84 36°37'49.4"N 4°29'30.5"W