Hotel Pez Espada
Ítem número 12 de 20 en Secuencia de la Travesía de Torremolinos, Torremolinos
BuscarEl hotel Pez Espada es un hito del desarrollo turístico de la Costa del Sol y de la apuesta por una arquitectura de ocio acorde con el diseño revisionista del Movimiento Moderno de posguerra. Fue de las primeras construcciones situadas al sur del barrio de pescadores de La Carihuela, marcando la expansión de Torremolinos hacia la vecina Benalmádena. Situado perpendicularmente a la línea de litoral y a la N-340, rompe su ortogonalidad incorporando la icónica caja de escala semicilíndrica que marca ese gusto por las curvas que se hacen presentes en espacios comunitarios como la piscina y en múltiples elementos decorativos. Las diferentes reformas y, sobre todo, la construcción de piezas residenciales, han desvirtuado el proyecto original y menguado los espacios libres que se desplegaban alrededor del hotel.
- Periodo
- 1951–1975
- Relación con la carretera
- Visible desde la carretera
- Estado actual
- Modificado
- Estado de conservación
- Bueno
- Protección
- BCG (inscrito BOJA 16/10/2006).
- Protección Arquitectónica (PGOU Torremolinos, 1996).
- Accesibilidad
-
- Dificultad de acceso: Bajo
- Visita: Según horario
Descripciones
El Hotel Pez Espada es desde su construcción un emblema del despegue turístico de la Costa del Sol a mediados del siglo XX y su arquitectura representa un hito del que se denominó «estilo del relax». Construido por los arquitectos Manuel Muñoz Monasterio y Juan Jaúregui Briales entre 1959 y 1960, incorpora en su diseño las tendencias revisionistas del Movimiento Moderno en esos años, en los que se dulcifica la rigidez de la forma estrictamente derivada de la función,con la introducción de juegos de colores, texturas, líneas ondulantes, etc.
Desde el punto de vista tipológico, el hotel "Pez Espada" es bastante tradicional: un bloque lineal perpendicular a la línea de costa, con galería central y habitaciones a ambas fachadas, y rodeado de una zona de jardines y piscinas. Sin embargo, exteriormente el edificio despliega una gran riqueza de formas y texturas. Así, la fachada sur se plantea como una cuadrícula de profundas terrazas, mientras que la norte es mucho más plana y cerrada. A ello hay que añadir los juegos de alternancias de aplacados de mármol con otros de piedra rústica y con enfoscados. Por último, no hay que olvidar al elemento más característico del edificio, la retícula semicilíndrica que marca el acceso más urbano al mismo, quizá el punto donde la sutileza de esta arquitectura alcanza su máximo nivel.
En el amplio espacio diáfano central de la planta baja, se articulan las dependencias comunitarias del Hotel. Las dos grandes escaleras del vestíbulo configuran el aspecto de la fachada principal, caracterizada por el cuerpo semicilíndrico que alberga la escalera principal, siendo la formalización del resto de las fachadas variada con un uso diferenciado, en función de la orientación, de parasoles y antepechos. En las plantas superiores, las habitaciones se distribuyen asimétricamente a ambos lados de la galería.
Fuente: Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía (BDI). Hotel Pez Espada
El Hotel Pez Espada evidencia cómo el papel modernizador que el turismo desempeñó en la sociedad andaluza afectó a la arquitectura. La madurez del discurso arquitectónico de este edificio, que no sólo es de una modernidad impecable, sino que conecta con las últimas corrientes revisionistas del Movimiento Moderno de postguerra, es una clara muestra de todo ello. Los cambios de texturas, la expresividad de los materiales, el uso del color, la sensualidad de las formas blandas, los juegos de luces generados por los brise-soleils, denotan una modernidad no rigurosa y funcionalista, sino formalista y hedonista, acorde con el "espíritu de la época", y con el destino de este edificio hotelero como lugar de ocio y descanso. Le Corbusier y el eco suramericano de su arquitectura, son las fuentes en que se inspiran los autores del Hotel Pez Espada para llevar a cabo sus objetivos. La planta baja se concibe como una auténtica "planta libre" donde, de una manera más o menos aleatoria, las funciones generales y representativas del hotel (recepción, comedores, cafeterías, salas de fiesta, etc.) se concentran en formas arquitectónicas que demuestran dicho origen. En las plantas superiores, en cambio, el edificio tiende a disciplinarse, organizando las habitaciones asimétricamente a ambos lados de un corredor central, una asimetría que es posteriormente trasladada a la fachada. En ésta, el magnífico cuerpo semicilíndrico de la escalera principal, situado junto a la entrada desde la calle, actúa como elemento de referencia urbana.
Fuente: García Vázquez, Carlos. En Dirección General de Arquitectura y Vivienda (coord.). Momo Andalucía: arquitectura del movimiento moderno en Andalucía 1925-1965. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1999, p. 272.
El hotel Pez Espada, emblema del despegue turístico de la Costa del Sol, se alza sobre una parcela de 24.500 metros cuadrados en primera línea de mar, en el extremo occidental de Torremolinos. Como primer hotel de lujo en la costa, el edificio, construido entre 1959 y 1960, carece de referentes y apuesta por las tendencias revisionistas del Movimiento Moderno en esos años, atenuando la rigidez de la forma estrictamente derivada de la función gracias al recurso a juegos de colores, texturas o líneas ondulantes. Este hecho, constitutivo de la ideología del Estilo Internacional, alcanza en este caso una nueva dimensión al compromiso con las nuevas necesidades de ocio, formulándose una suerte de estilo local del que este inmueble es uno de sus hitos, el estilo del relax.
Desde un punto de vista tipológico, el edificio resulta bastante convencional, recurriendo a un único bloque compacto de siete pisos dispuesto en perpendicular a la línea de costa y articulado por una galería central que distribuye asimétricamente las habitaciones a ambas fachadas. Este bloque se alza sobre un basamento de contorno irregular para acoger los distintos salones, todo ello rodeado por jardines que acogen una piscina de formas curvilíneas. De modo que, en un primer vistazo, el inmueble pasa por ser un riguroso ejercicio funcional. Sin embargo, despliega una inusitada riqueza de formas y texturas, tanto exteriores como interiores, envolviéndose su sencilla estructura con una elegante envoltura que asume sus condicionantes funcionales y representativos. En alzado, el elemento más destacable e identificable desde el exterior es la caja de la escalera situada junto al acceso, que se proyecta fuera de la planta con su forma cilíndrica y su superficie acristalada de reminiscencias mendelsohnianas. Este elemento de rotunda presencia constituye el punto de referencia del inmueble; en los lados se articulan disímiles fachadas de gran riqueza volumétrica: la meridional se plantea a modo de cuadrícula de profundas terrazas ligeramente giradas hacia el mar, mientras que la Norte es mucho más plana y cerrada, articulándose mediante un módulo compuesto por dos ventanas y dos balcones separados por un muro pantalla continuo dispuesto en vertical. Los juegos de texturas se completan mediante la alternancia de los aplacados de mármol con otros de piedra rústica y con enfoscados.
El acceso al interior se efectúa bajo una gran marquesina al estilo de los grandes hoteles norteamericanos, pero sostenida por una curiosa columna troncocónica invertida, de sección arriñonada en su parte superior. Desde este punto, el hall de entrada distribuye la recepción, a la izquierda, la zona de tiendas, en la galería de una sola altura a la derecha, y la zona de salones, al frente. El primero de estos, el llamado salón central, es un amplio espacio diáfano, auténtica zona noble del hotel articulada por pilares de sección troncocónica realizados en una sola pieza. Le siguen una serie de salones y dependencias comunitarias situadas al fondo del hotel y comunicadas directamente con los jardines y la piscina. En la configuración de todos estos espacios se ha adecuado el concepto de la suma de espacios de tradición hispánica a la arquitectura funcionalista: efectivamente, los pilares articulan el espacio dividiéndolo en espacios acotables. Del mismo modo, las distintas partes componentes subrayan su autonomía al adaptarse a los desniveles del terreno mediante escalones que acompañan el movimiento correspondiente de los techos, cada uno de los cuáles está además decorado de distinta manera.
Pero si hay un elemento que contribuye a la diferenciación y enriquecimiento de los espacios es la decoración y los acabados; todos los espacios de carácter social y comunitario de la planta baja están dotados de una lujosa epidermis con innumerables detalles de diseño que ayudan a definir cada salón o estancia. Destacan el magnífico pavimento de sinuoso trazado –un terrazo blanco formando grandes manchas, como amebas sobre un fondo negro-, el mural que decora la cornisa del hall o las extravagantes columnas de forma ósea sitas bajo el falso techo que recorre el salón central. Las referencias a lo orgánico se desataban en la zona más “relajada”, en torno a la piscina de sinuosas formas: estilizadas caracolas de madera que hacían las veces de tiradores, murales de chapa y alambre y lámparas insólitas engalanaban la zona de los vestuarios y terrazas-bar más próximas a la playa. En las plantas altas destacaban igualmente los cuidados picaportes y la carpintería en madera, aunque como aquellos, muchos de estos elementos se han perdido.
El hotel Pez Espada constituye todo un hito en el desarrollo del turismo en la Costa del Sol; tradicionalmente se ha venido considerando su inauguración en 1959 como el comienzo de la actividad turística de masas. De hecho, se ha apuntado su construcción como un “punto de no retorno” para la industria del ocio local. Desde un punto de vista arquitectónico, se convirtió además en el prototipo y espejo en el que buscar posteriores referencias; inauguró también el tipo de hotel de alto standing y gran parcelario, aquél encuadrado en una amplia extensión en primera línea de playa. Como sucederá poco después con las primeras urbanizaciones de bloques de apartamentos en Torremolinos, la idea era concentrar en altura la edificabilidad para liberar amplias zonas de suelo y dedicarlas a zonas de ocio, dentro de un nuevo modo de entender éste. De hecho, la parcela original del Pez Espada tenía 52.000 metros cuadrados, ocupando el edificio únicamente un 5% del suelo. Es en la alta calidad de los espacios que complementan el edificio –jardines tropicales, pistas de tenis, parrillas, mini-golf y embarcadero- donde éste muestra su adhesión al Estilo del Relax, junto al cuidado puesto en la creación de juegos cromáticos y de texturas. Desafortunadamente, con el paso de los años fue segregando su parcelario original para dar paso a la construcción de apartamentos, a la vez que se ampliaba el edificio en detrimento de sus zonas verdes en diversas remodelaciones que actuaron también en menoscabo del mobiliario original y de ciertos elementos de diseño. Tras unos años bajo la amenaza del cierre, el hotel fue adquirido por la cadena hotelera Med Playa en 1985, procediéndose dos años después a su ampliación. A pesar de haber sido catalogado como edificio protegido en el Plan General de Ordenación Urbana de 1983, el jardín fue ocupado entonces por un edificio anexo. La última restauración, efectuada en el año 2002, demostró por fortuna una mayor sensibilidad hacia los factores estéticos e históricos del edificio, restaurándose una parte importante del pavimento, que había sido recubierto por un suelo de parquet, columnas, pintura y decoración para devolverlo a su imagen original.
Fuente: Vera Vallejo, Igor. Arquitectura del siglo XXI en Málaga.
Se trata del primer hotel de lujo que se construye en la Costa del Sol. Carente de referencias, el edificio apuesta por el nuevo "estilo internacional", directamente aplicable a las también nuevas necesidades de ocio y vacaciones que aparecen aquí y ahora en el panorama de Málaga. De esta forma este edificio se convirtió en un prototipo, un espejo en el que buscar posteriores referencias.
Una planta resuelta con destreza que asume sus condicionantes, tanto en funcionalidad como de representación, se conjunta con una elegante envoltura. Al edificio, enclavado en una topografía plana, se accede por el norte a través de una amplia marquesina de hormigón, a la manera de los grandes hoteles americanos. Desde aquí el gran hall de entrada distribuye a la izquierda recepción, a la derecha la zona de tiendas, y hacia el frente los salones.
Junto a la entrada, y fácilmente identificable desde el exterior, aparece la caja de escalera, proyectada fuera de la planta con forma cilíndrica. Este elemento, claro y rotundo, constituirá el punto de referencia de este emblemático edificio. Al fondo, tras recorrer las amplias zonas de estancia que comunican directamente con los jardines y la piscina, una majestuosa escalera nos conduce a la zona de bar, comedores y salida a la playa.
La imagen del hotel es fácilmente reconocible: se trata de un volumen único compacto, donde sobresale la torre nervada que preside su alzado. La clara estructuración formal de las fachadas, con las habitaciones enmarcadas verticalmente, se dota de distintas cualidades dependiendo de la posición del sol en cada momento del día. Junto a la fachada suroeste, una piscina de líneas curvas completa el conjunto. Son de destacar los innumerables detalles de diseño interior del proyecto original, que van desde las sinuosidades del trazado del pavimento hasta el cuidado en los picaportes y carpintería, pasando por las extravagantes columnas de sección troncocónica que sujetan el falso techo que recorre las zonas nobles.
Hace unos años fue objeto de una ampliación y reforma, gran parte de los detalles interiores de la "puesta en escena" del hotel desaparecieron.
Fuente: VV.AA. La Arquitectura del sol_Sunland architecture. Barcelona: Colegios Oficiales de Arquitectos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Canarias, 2002, p. 263.
El Pez Espada fue el primer hotel importante de la Costa del Sol. Su construcción en 1959, siguiendo el proyecto de los arquitectos Juan Jáuregui Briales y Manuel Muñoz Monasterio, representó un "punto de no retorno" para la industria del ocio local. El prototipo se había creado y sólo faltaba el juego infinito de la reiteración y la variante. La estructura de este bloque vertical hace pensar, a primera vista, en un anónimo edificio funcional. A esta impresión contribuye también la clara organización de los servicios y espacios interiores.
Pero visto con cuidado el Pez Espada exhibe con una vehemencia poco habitual los rasgos más notables del estilo del relax: en la estrecha fachada norte se ha colocado la caja de escaleras, proyectada hacia afuera formando un imponente cilindro con bloques translúcidos de cristal; la marquesina de la entrada está sostenida por una maravillosa columna troncocónica invertida, con sección arriñonada en la parte alta y más circular junto a la base. El conjunto es pintoresco pero claro y racional. El pavimento interior se ha diseñado con gigantescas "amebas" blancas sobre un fondo más oscuro irregularmente ondulado; los pilares de la planta baja, de un encantador mármol ficticio blanco, parecen prolongar en altura ondulaciones similares a las del suelo. Junto a la fachada suroeste el hotel posee una piscina curvilínea, muy de la época. Las duchas, bar, vestuarios, etc., demuestran, una vez más, el deseo de combinar orden y claridad con el amable abandono "orgánico" requerido en un lugar costero de vacaciones latinas aunque muy internacional. Los detalles del diseño demuestran en los autores un singular talento inventivo: caracolas estilizadas de madera funcionan como tiradores, y hay murales con chapa y alambre, maceteros, lámparas insólitas... Quedan todavía bastantes restos del mobiliario original, lo cual, junto a las viejas postales de los años sesenta, nos permite una buena reconstrucción ambiental. Con este hotel, uno se adentra en la onda y podría ser arrastrado por las olas si el mar cercano no fuese sólo el marco adecuado del relax.
Fuente: Ramírez, Juan Antonio; Santos, Diego; Canal, Carlos. El estilo del relax N-340. Málaga, h. 1953-1965. Málaga: C.O.A. Andalucía Oriental, 1987, p. 39-42.
Catalogación
Tipologías
Tipología | Hoteles |
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Actividad | Hostelería |
Cronología | 1959 |
Agentes
Nombre | Jáuregui Briales, Juan |
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Figura | Arquitecto |
Actuación | Arquitecto |
Año | 1959 |
Nombre | Muñoz Monasterio, Andrés |
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Figura | Arquitecto |
Actuación | Arquitecto |
Año | 1959 |
Protección
- BCG (inscrito BOJA 16/10/2006).
- Protección Arquitectónica (PGOU Torremolinos, 1996).
Información documental
- Archivo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. LOREN MÉNDEZ, Mar, Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea. Provincia de Málaga. Hotel Pez Espada, 2007.
- Arquitectura del siglo XXI en Málaga. Proyecto de excelencia «Arquitectura, ciudad y territorio en Málaga, 1900-2008».
- Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía (BDI)
- PGOU Torremolinos, 1996.
- RESOLUCION de 19 de septiembre de 2006, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, cuatro bienes inmuebles del Movimiento Moderno de la provincia de Málaga.
Información bibliográfica
- CABRERA ORTIZ, José Luis. Patrimonio y Ciudad: el Hotel Pez Espada. En Isla de Arriarán: revista cultural y científica, no. 22, 2003, p. 15-22.
- Dirección General de Arquitectura y Vivienda (coord.). Momo Andalucía: arquitectura del movimiento moderno en Andalucía 1925-1965. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1999.
- PÉREZ ESCOLANO, Víctor (dir.). 50 años de arquitectura en Andalucía, 1936-1986: [exposición itinerante]. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, Dirección General de Arquitectura y Vivienda, 1986.
- RAMÍREZ, Juan Antonio; SANTOS, Diego; CANAL, Carlos. El estilo del relax N-340. Málaga, h. 1953-1965. Málaga: C.O.A. Andalucía Oriental, 1987.
- VV.AA. La Arquitectura del sol_Sunland architecture. Barcelona: Colegios Oficiales de Arquitectos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Canarias, 2002.
Datos geográficos
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ETRS 89 UTM Zona 30N | 365160.29206, 4052227.23762 |
SRC WGS 84 | 36°36'21.7"N 4°30'27.6"W |
Más información
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- Teléfono: 952 38 03 00